China, un enigma que se resiste a ser desentrañado
China, el gigante asiático, sigue siendo un misterio para Occidente. A pesar de la gran cantidad de información que se nos proporciona sobre el país, sigue siendo una gran desconocida. Sin embargo, entender la civilización china, su pensamiento, cultura e historia política, es hoy una tarea ineludible.
La singularidad china
China tiene una serie de condicionamientos que han marcado la evolución del pensamiento chino. En primer lugar, la población ha sido mayoritariamente campesina desde la época clásica hasta bien entrado el siglo XX. Esto ha hecho que el ciclo natural sea el centro de la vida rural y que la relación entre el Cielo y la Tierra sea fundamental. Otro factor importante es la familia patriarcal, donde la piedad filial del hijo al padre y del súbdito al soberano refleja un orden superior.
La lengua china
La lengua china es una de las características más destacadas de la civilización china. Es una lengua que se basa en ideogramas, es decir, signos que representan conceptos y no sonidos. Esto ha hecho que la lógica china sea plenamente narrativa y que las historias constituyan por sí mismas conceptos o demostraciones. La escritura ideográfica sirve además de muro frente a la incorporación de conceptos extranjeros, que sólo pueden transliterarse fonéticamente.
El confucianismo
El confucianismo es la más antigua de las filosofías chinas y se considera una tradición viva. Se basa en la idea de que la sociedad debe ser gobernada según las máximas morales y políticas de la Analectas, un libro que recoge las enseñanzas de Confucio. El confucianismo es una forma de vida y un ideario político que conjuga la erudición, la moral y la aspiración al buen gobierno.
La relación entre el confucianismo y el gobierno dinástico
El vínculo entre el confucianismo y el gobierno dinástico se consolida en la dinastía Han, cuando el confucianismo se convierte en la ideología del Estado. Desde entonces, las ideas de Confucio han influido en las sucesivas dinastías y han contribuido decisivamente a la estabilidad del Estado dinástico y su continuidad burocrática.
La importancia del confucianismo en la actualidad
En la China híbrida de hoy, el confucianismo se considera un valor en alza desde las más altas instancias del gobierno. Se ve como una tradición abierta a la modernización del país y a los objetivos del Partido Comunista chino. Los valores confucianos siguen activos en la vida económica, política y social del país y se considera que pueden conducir a formar parte de una cultura mundial.
La recuperación de la figura de Confucio
La China de Xi Jinping ha iniciado un proceso de recuperación de la figura de Confucio, tras el desprecio de Mao Zedong y su Revolución cultural. Se trata de una tarea urgente, tanto para las relaciones internacionales como para la mediación en conflictos. Conocer la figura de Confucio puede ayudar a entender al gigante asiático y preparar al mundo para el nuevo orden mundial que se avecina.
La lectura sesgada del confucianismo
La lectura sesgada que algunos occidentales han hecho del confucianismo puede trasladarse al debate contemporáneo sobre la democracia en China. En una sociedad que históricamente ha sido mayoritariamente campesina e iletrada, el sufragio universal carece de sentido. El confucianismo se ocupa del ser humano, de su ética, costumbres y organización social, relegando lo mitológico, lo escatológico y lo metafísico a asuntos ociosos.
El confucianismo y la democracia
La visión confuciana de la democracia se centra en la idea de que la sociedad debe ser gobernada según las máximas morales y políticas de la Analectas. No se trata de razonar cada vez mejor, sino de armonizar la propia vida con la naturaleza y la sociedad. En este sentido, el confucianismo puede ser visto como una forma de democracia que se centra en la praxis política y en la armonización de la sociedad con la naturaleza.