Julio González: Un Genio Vanguardista en la Escultura y el Dibujo
1. Introducción: Nacimiento y Primeros Pasos en la Orfebrería
Julio González Pellicer nació el 21 de septiembre de 1876 en Barcelona, España. Hijo de Concordio González, un reputado orfebre que regentaba un taller en la Rambla de Cataluña, Julio mostró desde temprana edad una inclinación hacia las artes. Su padre lo introdujo en el oficio de la orfebrería, donde Julio asimiló los rudimentos del oficio y comenzó a diseñar piezas propias. Su tío materno Josep Lluís Pellicer, un reconocido dibujante, también tuvo una gran influencia en su primera formación.
2. Los Inicios del Arte: Exposiciones y Círculos Modernistas
En 1892, con solo 16 años, Julio González presentó sus obras de orfebrería en la Exposición Internacional de Chicago y en la Exposición Nacional de Barcelona, logrando menciones en ambas. Tras la muerte de su padre en 1896, Julio se hizo cargo del taller familiar, compatibilizando este trabajo con sus estudios de dibujo en la escuela La Lonja. Durante este periodo, se codeó con los círculos modernistas de la capital catalana, frecuentando locales como Els Quatre Gats, donde conoció a artistas como Rusiñol, Casas, Nonell y Picasso.
3. El Paso a París: Estudios, Dificultades Económicas y Nacimiento de la Escultura
En 1899, Julio González se instaló en París para proseguir sus estudios. Allí se dedicó al dibujo y abrió una tienda de decoración en Montparnasse. Sin embargo, las estrecheces económicas le obligaron a trabajar como mecánico, lo que le permitió familiarizarse con la soldadura del hierro, una técnica que sería fundamental en su carrera como escultor.
Inició su colaboración con Picasso en 1928, trabajando juntos en la escultura dedicada a Apollinaire. A principios de la década de los 20, Julio González comenzó a firmar exposiciones individuales en París, inclinándose cada vez más abiertamente por la escultura. Definió este arte como «dibujar en el espacio», y sus grandes influencias fueron Gargallo, Brancusi y Picasso.
4. La Consagración: La Década de los 30 y Obras Maestras
La década de los 30 marcó el apogeo de la carrera de Julio González, quien consolidó su maestría escultórica con obras como «El beso», «Arlequín» o «Don Quijote». Su virtuosismo en el trabajo con el hierro, su aproximación cubista y abstracta, y su realismo le convirtieron en uno de los principales escultores del siglo XX. Algunas de sus obras más destacadas fueron «El beso», «Arlequín» o «Don Quijote», además de la serie «La Montserrat», que incluyó la escultura de gran formato presentada en la Exposición de la Feria Internacional de París de 1937 en representación de la República Española.
5. Últimos Años y Legado: Penalidades y Conservación de la Obra
Tras la ocupación de Francia por parte de la Alemania nazi, Julio González padeció grandes dificultades. Sus últimos meses los dedicó al dibujo, legando una obra inmarcesible sobre el dolor y la creación. Su hija, Roberta González, se encargó de conservar y difundir su obra, que ha tenido una profunda influencia en artistas como David Smith o Eduardo Chillida. La obra de Julio González se encuentra en importantes museos como el Pompidou, el Tate, el MoMA, el IVAM, el Pompidou de Málaga, el Museu Nacional d’Art de Catalunya y el Museo Reina Sofía.
Enlaces de Interés
- Amón, Santiago. Recuerdo de Julio González
- Bonet, José María. Diccionario de las vanguardias en España: (1907-1936). Madrid: Alianza Editorial, [1995]
- Julio González: retrospectiva. Barcelona: Museu Nacional d’Art de Catalunya, 2008
- Llorens, Tomàs. “Julio González Pellicer”. Diccionario biográfico español
Timeline de la Vida de Julio González
Nace el 21 de septiembre en Barcelona
Se instala en París
Consolida su maestría escultórica con obras como El beso
Fallece el 27 de marzo en Arcueil (Francia)
Primera presentación de sus obras en la Exposición Internacional de Chicago y en la Exposición Nacional de Barcelona
Inicia su colaboración con Picasso
1937: Colabora en la Exposición de la Feria Internacional de París con la presentación de La Montserrat